Que el autoexamen de mama se vuelva parte de tu rutina

El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte en mujeres en todo el mundo, pero también es uno de los que tiene mayor posibilidad de tratamiento y recuperación si se detecta a tiempo. Por eso, el autoexamen de mama no debe ser una práctica ocasional, sino un hábito mensual que nos conecte con nuestro cuerpo y nos ayude a cuidar de nuestra salud.

Realizar el autoexamen es un gesto sencillo, gratuito y poderoso. Solo necesitas unos minutos al mes para observar, palpar y reconocer tus mamas. Aunque no reemplaza la mamografía ni la revisión médica, es el primer paso para la detección temprana del cáncer de mama.

¿Por qué es importante realizar el autoexamen de mama?

Te permite conocer cómo son normalmente tus mamas, para notar cualquier cambio.

Facilita la detección temprana de señales de alerta.

Promueve una cultura de prevención y autocuidado.

Puede salvar vidas, ya que detectar el cáncer a tiempo mejora significativamente el pronóstico.

¿Cuándo hacerlo?

El momento ideal para realizar el autoexamen de mama es una semana después del inicio del período menstrual, cuando los senos están menos sensibles.

Si ya no menstruas, elige un día fijo de cada mes y conviértelo en tu cita contigo misma.

Pasos para realizar el autoexamen de mama

Frente al espejo:

Observa tus mamas con los brazos a los lados, luego en alto y finalmente con las manos en la cintura. Fíjate si hay cambios en el tamaño, forma, color o textura.

En la ducha:

Con las yemas de los dedos, palpa cada mama haciendo movimientos circulares desde el borde hacia el pezón. Repite en ambas mamas.

Acostada:

Coloca una mano detrás de la cabeza y con la otra, palpa cuidadosamente el seno del lado contrario. Repite del otro lado.

No olvides presionar suavemente el pezón para verificar si hay secreciones o dolor.

Señales de alerta que debes consultar con tu médico

Si notas alguna de las siguientes señales, no te alarmes, pero sí consulta pronto con un profesional de salud:

Aparición de bultos o endurecimientos en la mama o axila.

Cambios en la piel: enrojecimiento, hoyuelos, descamación o textura similar a la piel de naranja.

Hundimiento o retracción del pezón.

Secreción anormal (con sangre o transparente).

Dolor persistente o inflamación en una sola mama.

Recuerda: detectar a tiempo marca la diferencia. No ignores ningún cambio, por pequeño que parezca.

Otros exámenes para la detección temprana del cáncer de mama

El autoexamen es solo el primer paso. Para una evaluación más completa, existen otros estudios que permiten detectar alteraciones en etapas tempranas:

Examen clínico de mama:

Lo realiza un médico o profesional de enfermería entrenado, mediante la observación y palpación de las mamas. Se recomienda al menos una vez al año a partir de los 20 años.

Mamografía:

Es una radiografía de las mamas que permite identificar lesiones pequeñas que no se pueden palpar. Se recomienda de forma anual o cada dos años a partir de los 40 años, o antes si hay antecedentes familiares de cáncer de mama.

Ecografía mamaria:

Utiliza ondas de ultrasonido para examinar el tejido mamario. Es especialmente útil en mujeres jóvenes o con mamas densas, y complementa la mamografía.

Tu médico te indicará cuál es el examen más adecuado según tu edad, antecedentes y características personales.

Un compromiso con tu salud

Convertir el autoexamen de mama en un hábito mensual es un acto de amor propio y de prevención. Cuidarte no es egoísmo: es la mejor forma de proteger tu vida y la de quienes te aman.

Hablar del tema, compartir información y motivar a otras mujeres también es parte del compromiso. Hagamos del autoexamen de mama un hábito de vida, una cita mensual contigo misma que puede marcar la diferencia.

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